EL MALESTAR QUE INSISTE...

Rufino vuelve de una entrevista de trabajo sin éxito, la rutina de una comida familiar con su madre, los temores de la madre que ve a un hijo que ya se le pierde a su control, que empieza a tener sus propias ideas. La desesperación de la madre por que le pase algo, que desaparezca, obsesionada con las noticias de la actualidad.

 

La tía Clara que sufre una depresión y está siendo tratada, trae un cuadro que ha pintado ella misma, que es un encargo de su hermana, curiosa ”marchante de arte” que vende los cuadros de Clara entre sus amigas. Será este cuadro que se llama. “El malestar” lo que provocará una de las tantas crisis que llevarán a esta entidad familiar a un estado aún más precario del que tienen al comienzo de la función.

 

René el padre ausente, es llamado por la policía ante la desaparición de la madre; tiene que enfrentarse a resolver la relación con su hijo y hacerse cargo de su rol de padre.

 

Siendo Rufino el que nos sorprende al final, porque la realidad le obliga a tomar partido a comprometerse, a ser definitivamente un adulto